Amaneció fresco, pero el aire
traía algo de pereza. El calor suele generar somnolencia, te tira abajo, se
mete debajo de la piel y te combate el ánimo…pero hoy amaneció fresco y las
calles seguían húmedas. Desde el 4 de Junio ya se podía ver en la puerta del
cementerio a las carpitas con flores (hermosas, adornando las veredas) y a las
mujeres esperando la llegada de los visitantes/compradores. 1 de noviembre es “día
de todos los muertos”, a decir de mi abuela, debiéramos de celebrar a nuestros seres
queridos que ya no están.
Hoy no. A medida que se avanza
hacia el centro el paisaje va cambiando y muestra lo que el día anterior la
lluvia misma no dejaba ver; lo que dejó el temporal. Barro, hojas, basura,
casas llenas de agua…algunos techos rotos.
De los barrios más afectados no
se ve nada, se sabe poco. Son la periferia: Huaico, Los Perales (la de los
trabajadores), Villa Belgrano y San Martín, Barrio Norte…y la lista sigue.
¿El temporal tuvo la culpa?
El diario relata la crónica de cómo los vecinos se autoevacuaron; cuenta con palabras simples y frías como decenas de familias trabajadoras dejaron sus casas y perdieron sus cosas. Relata la respuesta insuficiente de los organismos de Defensa Civil, la leve respuesta y el casi invisible despliegue que hay cuando se trata de paliar la situación. No es la primera vez que sucede en la provincia; no es la primera vez en el año, ni siquiera es una novedad en el país. Una situación similar e inclusive, en sectores, más grave se fue repitiendo en distintas provincias.
La Argentina de la deKada ganada viene dando muestra tras muestra de la desidia patronal y la desidia estatal. Ni los gobiernos de Fellner ni el aparato cooperativista de la Tupac Amaru, ambos kirchneristas, han avanzado en combatir el déficit habitacional o la deficiencia de la infraestructura; mucho menos la UCR, el PRO, o alguna de las variantes patronales que hasta hace unos días hacían demagogia y se llenaban la boca con discursos de “su compromiso con el pueblo”. Este 1ro de noviembre, brillaron por su ausencia: no hubo comunicados de prensa, ni grandes despliegues de aparatos, solo silencio.
Los primeros de noviembre muchos
esperamos poder celebrar los ritos que nos acercan a nuestro legado ancestral,
cultural (o lo que nos queda de ellos después de que la Iglesia los absorbiera,
deformara y bastardeara). Pero, en cambio, hoy nos encontramos lamentándonos y
henchidos de furia porque una tormenta arrasó con nuestros techos, inundó
nuestras casas, se llevó o arruinó nuestras cosas, y nuestros míseros salarios
que no alcanzaban a cubrir las refacciones cotidianas, son ahora más que
insuficientes para enfrentar las reparaciones necesarias. Pasaron sólo 5 días
desde las elecciones y ya podemos ratificar que las prioridades del pueblo
explotado y oprimido no son las mismas que la de los políticos patronales, o la
casta de empresarios y terratenientes jujeños. Bien señala Natalia Morales,
nuestra compañera, a los responsables cuando dice “son los políticos patronales
que gobiernan, que no destinan el presupuesto necesario para evitar y prevenir
escenarios como los mismos. Son ellos los que no garantizan las 80000 viviendas
que faltan en la provincia para evitar los asentamientos precarios. Son ellos
los que dan vía libre para que las empresas de agua, de luz, no realicen
inversiones necesarias y así se lleven más dinero. Son ellos que hoy, después
de esta tormenta, pudieron disfrutar del olor a tierrita mojada.”
Si ellos no nos representan,
levantemos nuestras propias banderas
Después de las elecciones del 27 de octubre, el Frente de Izquierda conquistó 3 bancas nacionales y pelea por la cuarta en Córdoba (denunciando el fraude de De la Sota); en Jujuy nos votaron 22.000 personas y sólo quedamos afuera debido a la prescriptiva ley provincial. Un gran triunfo para la izquierda clasista, que en base a un programa que responde a las necesidades más sentidas de la clase obrera, y sin grandes aparatos se erigió como la cuarta fuerza a nivel nacional.
Asumimos el compromiso de ser
tribunos de las luchas y denuncias de los trabajadores, las mujeres, la
juventud y lgttbi y apostar al fortalecimiento de las agrupaciones que
cotidianamente luchan por sus derechos en los lugares de estudio y trabajo. Aquí,
junto a los más de 200 fiscales que nos acompañaron a defender nuestros votos,
vamos a mantener esa apuesta, y aunque no tengamos un espacio adentro de la
Legislatura, desde las calles haremos escuchar el grito de lucha de los
sectores obreros.
Los trabajadores sabemos el dolor de la pérdida de nuestras casas, de nuestros recuerdos, sabemos del dolor de no poder acceder a una vivienda digna y temer cotidianamente nuevos temporales o desalojos. Somos también quienes conocemos en profundizad los centros productivos, cómo se generan las ganancias. Somos quienes mantenemos al sistema educativo y de salud en pie a pesar de los ataques precarizadores y privatizadores del gobierno. Sabemos de las verdaderas necesidades del pueblo laborante. Por eso desde el PTS y el Frente de Izquierda apostamos a poner en pie agrupaciones clasistas de obreros y estudiantes que sigan demostrándole a los partidos patronales que podemos hacer política sin clientelismo, sin planes, sin punteros. Este es el primer paso para construir una gran y estratégica herramienta: un partido revolucionario de la clase obrera.
Los trabajadores sabemos el dolor de la pérdida de nuestras casas, de nuestros recuerdos, sabemos del dolor de no poder acceder a una vivienda digna y temer cotidianamente nuevos temporales o desalojos. Somos también quienes conocemos en profundizad los centros productivos, cómo se generan las ganancias. Somos quienes mantenemos al sistema educativo y de salud en pie a pesar de los ataques precarizadores y privatizadores del gobierno. Sabemos de las verdaderas necesidades del pueblo laborante. Por eso desde el PTS y el Frente de Izquierda apostamos a poner en pie agrupaciones clasistas de obreros y estudiantes que sigan demostrándole a los partidos patronales que podemos hacer política sin clientelismo, sin planes, sin punteros. Este es el primer paso para construir una gran y estratégica herramienta: un partido revolucionario de la clase obrera.
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