jueves, 25 de diciembre de 2014

Lluvia cómplice

Una mujer caminaba sin compañía, ya entrada la noche por una pequeña, oscura y solitaria calle. Esa calle, aún más lúgubre por causa de la lluvia, es la única que lleva a su casa. La mujer camina sola porque se siente segura, porque vive sola y trabaja para pagar sus estudios; porque su jefa se retrasó, porque el colectivo tardó en llegar...camina rápido porque llueve.


El auto lleva en esa esquina días; días de sol y días de lluvia. No parece que haya un conductor, ni pasajeros. Es solo un auto en una esquina.

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Día cuarto: ella camina por la calle oscura y solitaria, la lluvia limpia sus huellas; al mismo tiempo, repentinamente, el auto abandona su quietud. Se intersectan. El auto se detiene, se abre una puerta, un hombre -como otro cualquiera- se baja y con la tranquilidad de la impunidad adquirida, la toma del brazo. Ella ahoga un grito, se sacude asustada, no puede gritar. La puerta del auto se abre desde adentro y el miedo la invade, la absorbe.

Una nueva mañana lluviosa que ilumina tenuemente una habitación vacía. Una empleada retrasada, una jefa molesta por la impuntualidad...


Día noveno: en un diario on-line se lee un pequeño titular "Joven desaparecida, presunta fuga de hogar", un par de líneas más completan la nota que nunca será impresa.
La familia inicia una vigilia que no saben si tendrá fin, esta historia es conocida; los primeros rumores ya surgieron.
La policía toma la denuncia - ¿Alguna pareja conocida?
La Justicia no interviene, la impotencia y la bronca crecen. Sin novedades

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Un veredicto: La Justicia no interviene porque no hay crimen, solo una joven perdida.
La lluvia borró las huellas. El silenció selló el destino.

viernes, 17 de octubre de 2014

Ni perdido, ni ausente...presente en nuestra lucha

Brotaron lágrimas de dolor y bronca. Brotaron gritos de dolor y bronca.

Sabíamos ya la causa, conocemos a los responsables. Pero aún así el dolor trepa mi garganta y anida.
16 años y sólo llevabas encima la culpa de la dignidad, la decisión de no permitir su impunidad, de no alimentar con silencio el miedo con el que crean redes delictivas que al mismo tiempo usan de montaje para justificar cada asesinato.

Con tu denuncia firmaste tu condena y tu valentía te hizo bandera de la juventud que no se esconde, la que enfrenta la maldita policía y su maldita impunidad (la que le garantiza Kristina), la que lucha junto a los obreros, la que combate por la verdadera igualdad. Sos hoy más que nunca la bandera de la revolución que necesitamos para terminar con la desigualdad, con la represión, con las desapariciones.

Luciano, hoy mi lucha se renueva en tu memoria. El mejor homenaje considero es el compromiso de continuar la lucha para terminar con el gatillo fácil, con la policía, con el estado que la ampara, con el sistema que la legítima.

jueves, 14 de agosto de 2014

Sumamente líquida

Siento la lluvia sobre mi cuerpo,
las gotas se funden con mi piel,
me deshago...
lluevo también.

miércoles, 4 de junio de 2014

Lonodicho

En secreto te miré dormir,
y acaricie con mis ojos tu pelo,
tus ojos,
tus labios.
En secreto te mire dormir
y escudriñe bajo tu ropa
mientras te pensaba en la ducha
radiante, fogosa
                               
En secreto te miré dormir,
y sonreí        
los sentimientos    
más bellos y sinceros.

Pero sin secretos vivimos nuestros cuerpos y
nos alegramos el alma.

Como recuerdo de tu calidez
llevo conmigo el hechizo de tu mirada.

Infeccioso

El plástico, azul y opaco, de manera casi instantánea dejó su marca sobre la piel. Perforó unas capas, las más cercanas a la dermis. Sólo una línea roja brotó, pero su presencia no fue percibida, sino hasta que el agua jabonosa se escurría entre las piernas morenas.

Las marcas de pies mojados hicieron su camino hasta la cama. Una vez sobre ella analizó la herida, parecía nada. Nunca pudo recordar como la obtuvo ¿Cómo no darse cuenta? ¿Por qué el ardor era tan intenso y penetrante? y el dolor inexplicable crecía. El aire seco las piernas y el toallón se hizo cargo del resto del cuerpo.

Yacía recostada...y se incorporó, pudorosa por el desnudo, pero la soledad la acobijo y la escondió de la vergüenza.